domingo, 9 de enero de 2005

Llorar

llegó al consultorio con un profundo dolor en el clítoris, llevaba 2 semanas ya con el padecimiento y no parecía mejorar.. el ardor seguía ahí….

El doctor que la atendió no sabía que pasaba, por la cara parecía tratarse de una violación, tal vez una chiquilla de esas que juegan a meterse objetos extraños en la vagina, una primeriza que tuvo varias relaciones seguidas y ahora iba al doctor preocupada, ya todo lo había oído antes… pero no, esto era completamente distinto a los casos anteriores.

Ella llegó, se recostó, sintió que el cuerpo le estallaba, que las piernas ardían… para este momento no podía articular palabra alguna… perdió el conocimiento.

Dr. Ramírez, acaba de llamar… pero qué le pasó?? fuera! gritó enérgico él, sería la primer paciente que perdiera? si por esa puta razón no había estudiado cirugía, para no tener que perder pacientes, por eso eligió la ginecología, solo diagnóstico y si algo pasa mandarlas con su amigo, el dr. Fernández… y ella seguía ahí, con las piernas abiertas y sin señal de respuesta…

Se colocó los guantes como pudo, temblando todavía por la escena que tenía ante sus ojos, empezó a explorar…. nada, nada…. parecía estar todo en orden, si acaso el clítoris un poco dilatado, nada anormal, tomó pruebas de ph, una muestra y directo al laboratorio… nada. Salió a llamar a un colega.

Al regresar, ella está ahí, sentada, como si nada, o casi nada hubiera pasado, con la misma cara de dolor… ya había despertado y se ponía la ropa… ¿encontró algo doctor? –no… nada.- lo sabía! lo sabía! fué ese hijo de puta!

Toma su bolso y se despide del doctor, él la intenta detener pero es en vano… sale a buscarlo, a él… el culpable de todo…

Con dificultad camina hasta el ascensor, que la conduce hasta planta baja, luego al estacionamiento… luego ir a su casa…

En menos de 15 minutos se encontraba tras su puerta, él seguía escuchando aquél estúpido disco que ahora tanto odiaba y con el cual habían compartido tantas noches que terminaban con el insolente Sol…

con el dedo a punto de tocar el timbre, recordó que ella misma tenía la llave, que el día de la separación no quiso voltear hacia atrás, no quiso saber más y salió, con la blusa todavía desabotonada, los ojos turbios de lágrimas…

No pudo evitar mojarse de nuevo los ojos, como anhelando que al abrir la puerta ahí estuviera él, esperándola, sentado en la cama y su dulce sonrisa… le diría que nada había pasado y nada hubiera pasado, con tan solo oírlo…

giró la llave, sigilosa como solía hacerlo, al dar el primer paso se detuvo, con esa mezcla extraña de amor y odio, el odio de haberla dejado por una estupidez tal como la discordancia de tiempos, bah, pretextos… y aún así, sabría que al verlo todo sería inútil, un par de palabras solamente y caería rendida en sus brazos… sollozó un poco más, se tragó de dos bocados el orgullo y avanzó… hasta su cuarto, el cuarto que ambos pintaron, por el cual peleaban si tales o cuales lámparas serían las adecuadas…

Abrió la puerta, ella dirá que enérgicamente, pero la verdad es que temblaba de emoción al hacerlo… y entonces lo vio, lo supo todo: una pelirroja hacía el vaivén que alguna vez hizo ella, sin duda mucho más ruidosa de lo que ella fue alguna vez, tomaba su lugar montando al hombre que alguna vez amó… quedó paralizada ante tal escena; la luz del cuarto contiguo llamó la atención de él, quien sin perder la encantadora sonrisa volteó hacia donde ella se encontraba… él sonrió, ella lo perdió todo.

Su cuerpo quedó inerte en el suelo, palideciendo poco a poco, seguían brotando lágrimas de sus ojos, la ropa interior empezaba a humedecerse…

El flako mix

Citlalmacuauhtécatl

In Lakech

Honor a quien honor merece (o como se traduzca mejor): Un aradecimiento grande grande a slayer, por ayudarme a terminar la historia... pura creatividad!

1 comentario:

Anónimo dijo...

de que se trata? es duro