martes, 18 de enero de 2005

Anochecer en solitario

El día comienza con tu voz, como ya tantos y como se ha hecho una linda costumbre, el fútbol con los amigos bien puede esperar, el frío no ayuda... quedamos en vernos y he de bañarme.

El día parece tan perfecto, por primera vez en algún tiempo las cosas han salido del todo bien, los planes funcionaron por hoy... y todo es tan perfecto por hoy... o casi todo.

Empecinado por no tener lazos contigo, por no quererte y no enamorarme... sin saber que ya estaba atado a vos, que el cariño era mucho... y hoy abrí los ojos. Descubrí que dolías en el pecho y que tu presencia era casi indispensable... hoy estuve a punto de llorar.

Y soñar con que la libertad podía darle alas a quien aún teme de volar, sabor amargo de encuentros lejanos y fugaces cuando llegan a coincidir... querer y no poder por razones que no se controlan.

El vacío que vas dejando bien se va recuperando cuando de nuevo te alejas... tu voz como esperanza y los ojos que prometen el universo.

Éstas letras son para P., por regalarme días interminables y amargos atardeceres, por arrancarme palabras que chorrean melancolía, felicidad y le siguen dando vida a estos dedos tan entumidos. A ella que provocó al corazón para que su luz brillara de nuevo, la que sabe hacer lo justo para romper las barreras, desarmar las trincheras y derretir con sonrisas las comisuras antes congeladas.

Ahora no me resta mas que despedirme y no hacerlo, quererla y desear alejarme, atraparla y a la vez dejarla libre con la jodida conciencia desecha por la cabeza... alguien me recomendó dejar que pasaran las cosas, y el corazón entrometido que no se deja... lo que si necesito es libertad, y no mía, sino de alguien más... necesito que libere sus alas por completo para invitarla a volar un día de éstos, se me ocurre despegar por un momento los pies de la tierra.. y tu que ni siquiera te acercas...

Escribo sin mucho sentido, sin muchas ideas... tan solo se me apareció el teclado, me acompañó Sabina y pues el resultado es éste... de paso le dejo un regalo, por si acaso, se te ocurre regresar:

Algunas veces vuelo y otras veces

me arrastro demasiado a ras del suelo

algunas madrugadas me desvelo

y ando como un gato en celo patrullando la ciudad

en busca de una gatita en esa hora maldita

en que los bares a punto están de cerrar

cuando el alma necesita un cuerpo que acariciar

Algunas veces vivo y otras veces

la vida se me va con lo que escribo

algunas veces busco un adjetivo

inspirado y posesivo

que te arañe el corazón

luego arrojo mi mensaje

se lo lleva de equipaje una botella

al mar de tu incomprensión

no quiero hacerte chantaje

solo quiero regalarte una canción

Y algunas veces suelo recostar

mi cabeza en el hombro de la luna

y le hablo de esa amante inoportuna

que se llama soledad

que se llama soledad

Algunas veces gano y otras veces

pongo un circo y me crecen los enanos

algunas veces doy con un gusano

en la fruta del manzano

prohibido del padre Adán

o duermo y dejo la puerta

de mi habitación abierta

por si acaso se te ocurre regresar

más raro fué aquél verano

en que no dejó de nevar

Y algunas veces suelo recostar

mi cabeza en el hombro de la luna

y le hablo de esa amante inoportuna

que se llama soledad

que se llama soledad

*Joaquín Sabina

el flako mix

Citlalmacuautécatl

In Lakech

2 comentarios:

Anónimo dijo...

"If you leave it alone it might just happen anyway, it's not up to you...
Well, it never really was."
Bjork.

Un beso,
Andrea.

un soñador cualquiera dijo...

Andrea: no pudiste haber elegido una mejor cita... me ha llegado al corazón.
dos.