viernes, 3 de junio de 2005

Josefina



Josefina camina, una mañana más, entre cuentas de despensa y sueños medianamente rotos, medianamente felices, y un amargo sabor a imposibilidad...

Toma el bus y pasa por la calle de Gabriel, con un suspiro manda un "te amo" y un par de besos, sabe que aún falta media hora para que él salga a trabajar...

Baja del bus, todavía 2 kilómetros la separan de la fábrica, donde ha de pasar las próximas doce horas, tallándose los dedos, alimentando el dolor de espalda que lleva hospedado un par de meses atrás, 12 horas para ganar unos putos pesos que la puedan hacer un poquito menos pobre, unos putos pesos que ayuden a comer, que mantengan la ilusión de sobrevivir... y han apagado las luces de la calle improvisada, sin que todavía haya salido el señor Sol...

Camina, mientras su mano recorre el vientre, piensa en las chicas de la fila, si Juanita logró conseguir el mentado préstamo para el microchangarro; si Luz al fin denunció al tarado golpeador de su marido; de las anécdotas de los hijos de Soledad, que cada día "le sacan una cana verde más"... piensa en ellas y sonríe, alguien llega por detrás y la sorprende... es él!!!

Media hora más tarde Luz, Juanita y Soledad se voltean a ver con cara cómplice, con alguna sonrisa maliciosa mientras pasan lista... y "Jose" no contesta: "ésta chamaca, como sigan así Gabriel y ella vamos a tener boda antes de lo que te cuento" - "Déjala ya, Soledad, que aún es joven, mejor que aproveche, está enamorada, están muy enamorados..."

Total, Gabriel siempre iba por ella, puntual: 6 pe eme, a la salida de la fábrica, y no será la primera vez que ambos faltaran al trabajo para pelearse por quién se amaba más...

"A Juanita le han dado largas, de nuevo, segurito por "algún papel que falta", y bueno, por que tampoco ha querido dar mordida para "agilizar el trámite"; Luz de seguro otra vez con los montones de maquillaje para ocultar los moretones que le regaló el tarado de su marido: "pero si me pidió perdón de rodillas, me prometió que no lo volvía a hacer...", no, si ya le dije que lo deje, que un día llame a una patrulla o agarre un sartén y se le ponga al brinco, y verá como ni tan machito...; y bueno, Soledad seguro nos presume como Pablito, el mayor, metió dos home runs y va para el cuadro de honor..."
Y Josefina sonríe, piensa en todas ellas y sonríe, haciendo nubes animadas mientras recorre el nuevo paisaje.

Seis en punto, suena la alarma y las mujeres comienzan a salir, como si de campo de concentración se tratara, la más triste pasarela, todo el glamour de medio día antes ha desaparecido, solo quedan caras largas, piernas que arrastran la soledad, el cansancio, y ahí está...
y los rostros de las 3 amigas se quiebran en ese instante...

No, seguro está enferma, verás como no le pasó nada...
si, le han de haber cortado otra vez el teléfono y por eso no le avisó a Gabriel...
pero, si está enferma seguro hubiera ido a ver a Gabriel al taller...


Gabriel reconoce la angustia en los rostros de las compañeras de "su gorda", acto seguido media vuelta y salir corriendo a todo pulmón hacia donde Josefina vive, sin querer pensar, pensando de todo... llegar sin aliento y tocar el timbre, golpes en la puerta y nada...
Saca su llave del bolsillo, abre... y nada.

Una semana más tarde escucharía por teléfono, que la han encontrado, que lo lamentan, un "mojado" que intentó cruzar por Juárez encontró sus tenis, luego el reporte y finalmente su cuerpo...

A Josefina le arrancaron las alas, derrumbaron sus sueños en un viaje, taladraron en su sonrisa y le robaron toda esperanza... así, sin una disculpa, sin una palabra siquiera.

Y mientras el viento apaga el brillo de sus ojos, entre arena y ropa destrozada, la esperanza que vuela con su úlitmo suspiro, se despide de sus amigas, de Gabriel, que ya no pudo saber que iban a ser papás, del cielo que le prometió tantas estrellas...

Y Josefina ya no está más.

Gabriel siente el metal frío de la pistola en su boca, el amargo de las lágrimas que se cuela por las gastadas comisuras, si tan sólo no hubiera sabido que iba a ser padre, tal vez podría soportarlo de ése modo...

Gabriel cae deshecho en el suelo, sin disparos de por medio, sin dolor siquiera... al menos no por afuera... envuelto en lágrimas y temblando, recibe un nuevo día, con la tragedia que lo acorrala todas las noches, todos los días...


¡¡¡¡NI UNA MUERTA MÁS EN JUÁREZ!!!!





Outro: El tema de éste escrito, es ya tema conocido, muy usado y aún así, tristemente vigente, en Ciudad Juárez, Chihuahua, desde hace poco más de 10 años ha habido una serie de asesinatos de mujeres, mujeres a las que se las traga la noche, mujeres que escupe el desierto sin que nadie sepa cómo ni cuándo, ángeles a las que les son arrebatadas las alas, sin que nadie se atreva a investigar, a denunciar, a hacer algo... el gobierno habla de cerca de 100 muertas, mientras que los que están allá hablan de más de 400 desaparecidas, de 400 mujeres a las que les robaron la voz...
mientras tanto, hay quienes luchan día con día por que esto se solucione, que alzan la voz y levantan el puño por crear conciencia,por intentar esclarecer algo...
venga este puñado de letras como apoyo a los que están allá...



Rodrigo Soto C.
In Lakech

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