El sábado salí de reven con mi hermano y sus amigos, cosa a la que recurro cuando no hay más plan que ése, no por la falta de confianza o amistad, sino más bien el hecho de que no coincidimos siempre en gustos de tipo "convivencia social"
Como sea, fuimos a un como bar, donde convivían jóvenes muy jóvenes y rucos no tan rucos, acompañados de cerveza, música de temporada con algún medio pésimo arreglo...
Yo llevaba una actitud bárbara y estuve bailando cual Sergio el bailador, viendo a alguna mujer cuyo cabello asemejaba al de Isabel Madow que se besuqueaba con varios tipos...
Entre cervezas, brindis y alguna pelea, una chica se acercó a mí...
Al cabo de un rato me dió su teléfono, yo, además del teléfono, sólo me quedé con su nombre y la posibiliad en su número teléfonico, con su sonrisa en la cabeza y por que no?, con dos tazas de emoción y una pizca de nerviosismo, pues hace como mil ocho mil años que no tengo una cita per se....
Luego las dudas: cuándo será conveniente llamarle? qué pasará? y si le llamo...? y lo más importante: y qué carajos se supone que se hace en las citas? después, con el tiempo fuí medio recordando el protocolo que implica salir con alguna chica... y por un momento recordé el porqué no salía desde hace tiempo...
El caso es que hoy hablé con ella, fué una plática sincera, sencilla y bastante cómoda, con sus justas medidas de nerviosismo y voz de niños de secundaria entrecortada... el jueves la veré...
y qué carajos se supone que se hace en éstos casos???
Recordaremos la maravillosa palabra del pingüinito en The Fight Club:
SLIDE
Toda la suerte deseada es bien recibida, los consejos serán mejores aún.
el llanero solterón con las piernas semi.atólicas
In Lakech
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