Se me ocurrió escribir ahora que no tengo tiempo, que soy escritor de fin de semana en cuadernos que después se olvidan, de madrugadas embrutecidas que me encuentran solo.
Hoy pienso en el poco dinero que me sobra, en el poquísimo que me sobrará cuando por fin me mude a fin de mes -suceso por el cual me encuentro poco menos que aterrado, pero que tomaré también de pretexto para leer más, y por ende, escribir más-, en el poco dinero que me sobra y que podría gastarme felizmente, endeudarme incluso por una mujer que no será buena ni feliz ni tan guapa y que seguro me querrá medianamente... pero hay días como hoy que se extrañan las hipocresías por teléfono, las visitas obligadas salvo sea el título... el tener novia nomás por tenerla.
Lo cierto también es que disfruto el fruto de mi trabajo, me compro ropa de vez en vez, como casi donde quiero y con quien quiero, tomo lo que me gusta en vez de lo que hay, en fin... es parte de crecer y con toda la pena me voy dando cuenta de ello, el dejar para la agenda a los amigos y racionarlos un poco, el descubrir otros extrañamente cercanos por medios electrónicos, el intentar vivir sólo y no morir en el intento.
Rodrigo.
In Lakech.
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