martes, 14 de marzo de 2006
El clásico problema
Tiempo... el tiempo es el clásico problema
Cuánto hay que dormir, a qué determinados intervalos se debe comer, ir al baño... con cuánto debemos contar de anticipación para llegar a tal o cuál lugar, calcular cuánto nos tardaremos en realizar cierta actividad para pasar a la siguiente, para poder dormir, y hacerlo el tiempo suficiente...
Desde que he vuelto a la escuela el tiempo cambió de parámetros, las horas ya no existen sino en duración de clases, las comidas son, irónicamente, "cuando hay tiempo"... nunca parece suficiente, el trabajo se toma en medida de noches sin dormir, para las siestas es mejor ni consultar el reloj, no vaya a ser que la depresión gane y entonces el resultado sea peor.
Si a esto usted agrega una déficit bárbaro en la economía, puede entonces duplicar los períodos de trabajo y disminuír a la mitad los de descanso... jodida pobreza de mierda.
Un maestro de la escuela al que ya admiro así como mucho dice que el ideal de cualquier ser humano, en términos racionales y repito: ideales, es dormir 8 horas, trabajar 8 horas y dedicar al esparcimiento (mejor entendido como la reconfortante exploración del ombligo en busca de pelusas) otras 8 horas... creo que la admiración viene en parte de la supuesta ingenuidad del maestro, aunque en su mayoría por los ideales que plantea... con todo y que él es el responsable por la mayoría de las desveladas, todo el conocimiento que voy recibiendo bien lo vale. (pequeñito homenaje, maestro Gerardo, por si algún día llega a toparse con esto, otro día con mucho más tiempo le haré uno adecuado)
Pero el tema principal del post era escribir sobre el tiempo que no controlamos, por más que se quiera, más allá del tiempo entendido como clima, o la sucesión de eternos minutos que hagamos lo que hagamos seguirán pasando... escribo del tiempo sobre el cual sufrí hace unos años, aquél que se traduce con las eternas, gastadísimas, definitivas y solemnes (si, así como el tiempo) palabras:
"Es que necesito tiempo, dame tiempo para arreglar mis problemas, necesito estar sola"
Ahi, en toda su cruda realidad, el tiempo contra el que es imposible pelear, por más que se implore, por más que se llore... el tiempo que alguien nos pide y el cual no podemos dar... vaya, si eres respetuoso en el mejor de los casos te alejas, apoyas como "de lejitos", escuchas cuando a la otra persona se le de la gana y así... tu haciendo el mejor esfuerzo y nada, ese tiempo sigue siendo imparable, tan distante como efímero... es el tiempo que aquélla otra ha elegido, definido solo como "tiempo indefinido", así, tan triste y tan real, tu esperas que aquél proceso termine pronto, que recapacite que estar a tu lado era lo mejor que le pudo haber pasado en la vida, que era feliz... pero la realidad es otra, que esa persona está en otro proceso, rehaciendo o reacomodando su vida, a lo mejor intentando mejorar lo que ahora está pasando... mientras tanto tú, en el proceso de la eterna espera, sin darte cuenta que esa persona no te está esperando como tú a ella, que su finalidad es arreglarse, contigo o sin tí, que ese proceso puede durar meses, a lo mejor años... y que en ese arreglo no entras tú, por lo menos no las más de las veces...
Pero... ¿entonces quién es el egoísta? ella por dejarte para cambiar y dejarte esperando o tú por desesperar para que deje de jugar al ser evolucionado y orgulloso que puede arreglárselas por el mismo sin tí?...
Como sea, hoy me tocó "dar terapia" en la escuela sobre el tema que mal-explico, y me doy cuenta que si en tiempos de espera estamos hablando, yo he de llevar como 2 años... zas! se supone que debiera doler? o debiera llamar para ver si los problemas están resueltos? o peorísimo aún: será que yo era parte del problema? en teoría, y solo en eso, la última opción no debiera ser... y a estas alturas del partido, creo que ya no importa mucho.
Nota: no es reproche, queja o consigna, no estoy lastimado ni siquiera cerca de estarlo... creo que solamente estoy muy cansado, un poco harto también... ahora desisto la búsqueda de la mujer que vuela, sea cual sea su nombre, el color de su cabello y ojos... ahora le toca a ella encontrarme a mí.
el llanero solterón ergonómico, útil y biomecánico... er... algo traumado, creo.
In Lakech
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