Después de la larga ausencia, solo para avisar que estoy vivo, que salí del restaurante-bar donde estaba en la condesa, para seguir (según yo) de lleno con la estudiada... y nada, que resulta que la semana pasada recibí una llamada:
Yo: Hola?
J: Flako?
F: Siii... quién habla?
J: J.
F: J.??? Hola J.!
J: Ah, si, mira, soy amiga de L., y me dijo que eres bar-tender...
F: Siii....
J: Y quieres trabajar?
F: mmm... dónde? cuándo?
J: en la Condesa, un nuevo bar que se va a inaugurar, mañana.
F: MAÑANA???!!!!
J: Esteee... si, la onda es que vinieras hoy para hablar con el gerente, estamos ofreciendo como $XXXXX al mes, y ocupamos un bar tender... sabes coctelería, no?
F: Sip, seguro...
J: Entonces?
F: Pásame la dirección... a qué hora te veo?
Y así pues, horas más tarde, conseguí de nuevo trabajo de bar-tender, en un lugar bastante más que decente, con buena paga y ahora con buenos amigos...
Así que de ahora en adelante y hasta nuevo aviso, pueden encontrar al escritor prófugo de su finísima preferencia de jueves a sábado detrás de alguna de las dos barras de
Ikaru
-Amsterdam no. 297 Col. Condesa-
(reconózcalo por el mechoncito verde-azulozo-amarillento en la parte trasera de la cabeza, playera tipo polo negra, diadema en la cabeza y la sonrisa dispuesta)
Motivo por el cual, y hasta nuevo aviso, me ausento de este espacio, una vez más, por razones académicas y de trabajo, ya que entre lo laboral y lo académico no me queda tiempo más que para dormir...
Caigále al baile compa! se va a poner bueno!
El llanero solterón, serving smart drinks
In Lakech
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