lunes, 24 de enero de 2011

hoy iba a escribir de una mujer maravillosa, etérea, fugaz... y fue
cuando me descubrí escribiendo sobre mujeres -otra vez- que decidí no
hacerlo, porque me encontré en lugares comunes, repitiendo de algún
modo ritmos de días que no son el de hoy, ha sido por ellas que muchas
veces escribí cuentos, intentos de poemas, fábulas imposibles,
tristes remedos de reclamos al aire... por alguna también que dejé de
hacerlo.
Hoy no sería justo hablar de ésta, una anónima para quien lea, que
ahora reside indefinidamente el apartamento que he acomodado en el
corazón, pues hoy no puedo ser objetivo por más que trate, sus ojos y
la promesa tras ellos no me lo permiten.
En cambio puedo hablar de la catársis que provoca, de la risa
escondida, de la paciencia cultivada amorosamente, los disgustos
inventados o alguna otra razón inocentemente lastimera, pero no,
tendría entonces que hablar de amores, de ésa promesa tan compleja,
de la posibilidad infinita que eso genera...
Y no, con todo y que sea el corazón el que reclame siempre en
situaciones como esta escribir algo, dibujar algo, dejar de algún modo
la huella gráfica de lo sucedido, tenía pues que dedicarme a los
enseres visuales, dejar algún rastro que de testimonio del hecho, hoy
tocan palabras, mañana no se... Pero espero que al corazón no se le
acaben las ganas de comunicarse, no por mucho mucho tiempo.

el amor, vaya cosa compleja.

He escrito.
el gatou rocanrolerou
In Lakech