forjando algo con alguien, la quiero, mucho, tanto que se que es
importante para ella viajar, conocer el mundo, y mas allá del egoísmo
natural de querer que esté aquí, o la envidia de la buena -suponiendo
que eso exista- de querer estar ahí...
Justo ahora etoy viendo American Splendor, la historia de Harvey
Pekar, su autor que parece tener algún tipo de desorden mental, y que
requiere que su mujer esté con el todo el tiempo... Odio verme
reflejado de algún modo con personajes de ese tipo, y con todo sonrío
y la espero como el esposo abnegado que soy (chuckles), extraño su
sonrisa, extraño debatir con ella temas de actualidad, extraño
platicar con ella, extraño dormir hasta tarde y crudear juntos viendo
una peli, extraño la adrenalina que supone salir con ella a una
fiesta, extraño hablar de libros, sus chistes ácidos, su mente
abierta, comer con ella, abrazarla cuando no es arisca, sorprenderla
con alguna historia, o que ella me sorprenda...
La extraño mucho, yo se, la pienso mucho y la pienso bien.
Pronto debo escribir sobre Colombia, antes de que se me olvide, además
tengo un encargo pendiente al respecto, estoy pensando si es correcto
escribir lo mismo aquí y allá... Apenas lo sepa lo haré... Creo.
El gato rocanrolero con antojo de donas
In Lakech